domingo, 7 de junio de 2015

Buscando al Demonio

Por allá en el 2007, publiqué algo en facebook sobre un concurso de belleza de perros, donde se premiaba el perro más feo del mundo. Ganó un perro de una raza china sin pelo excepto por un mechón despelucado, medio ciego y con 4 dientes. Además, si es que es posible, en la foto salía haciendo gruñendo y haciendo mala cara.



Hubiera sido algo sin trascendencia, si no hubiera sido por que Tatiana que me dijo que en Envigado había uno peor. Un can salido de los infiernos que trataba de morder a los jóvenes que caminaban por Alcalá, un demonio andante que aterrorizaba a los niños y a las señoras, perro tan feo que su fama trascendía su barrio y su municipio. Tatiana lo conoció porque su abuelo vivía en el barrio, y me dijo que ella y sus primos lo llamaban con un nombre acorde a su belleza: Satanacus.

Cuenta la leyenda que un día un carro lo atropelló, y un niño lo levantó en brazos. Al ver esto, una vecina desde su balcón del segundo piso dijo, "Por fin se acabó el desprestigio de este barrio." Pero estas palabras fueron un hechizo, y Satanacus se reincorporó y salió caminando como si nada para su casa.

En esa época yo tenía cierta obsesión con el cine. Estaba planeando filmar un cortometraje con unos amigos, veía muchas películas y quería filmar. Cuando Tatiana me habló de Satanacus, lo primero que me vino a la cabeza fue un documental. Quería buscar al perro más feo de Envigado (y probablemente del mundo), saber quién era, ver si era tan feo como pensábamos, conocer a sus dueños y contar su historia, mientras me moría de la risa.

Le dije a Daniel que me ayudar a filmar pero necesitaba alguien más, alguien que lo buscara conmigo. Un personaje para el documental, alguien con chispa y con una muy buena capacidad de humor negro que se animara a acompañarme en tan absurda empresa. No me acuerdo exactamente como fue, pero Cárdenas se volvió el candidato preciso. Además de su buena vibra y su capacidad de burla infinita, Cardy era un tipazo lo que lo hacía compañía inigualable pa salir a pasear y a mamar gallo. 

Le conté la historia a ese enano hincha del Medellín y aceptó encantado. El fin de semana salimos con un cronograma preciso. La historia la iba a empezar a contar Tatiana, hablando de su infancia y del rol de Satanacus en ella. Paralelamente, Cardy y íbamos a ir buscando al perro por envigado, hablando con vecinos. Había varias escenas donde estábamos en el carro, reflexionando sobre el chandoso, tratando de encontrar verdades más grandes del mundo a partir de la historia de este perrito feo. 

Filmamos a Tatiana en un parque infantil, algunas imágenes de apoyo y de relleno (yo recogiendo a Cárdenas en la calle) y nos fuimos para Alcalá. A hablar con vecinos y construir el mito. Nuestro problema, como documentalistas aficionados, es que encontramos a Satanacus muy rápido. Estaba sentado al lado de su dueño en un murito a la salida de su casa.

En verdad es que era inmundo. Pero de lo inmundo, era divino. Satanacus tenía las patas traseras más largas que las delanteras, y su porte era de gato erizado. Algunos niños le decían el perro-gato y al verlo era muy fácil creer, como cuentan algunos, que su padre era un gato callejero errante que alguna vez atravesó Alcalá en sus andanzas. 


En realidad, no se llamaba Satanacus. Se había llamado Niño en alguna época, pero finalmente lo bautizaron Pájaro Loco, de cuenta de su mirada aleatoria y una cresta de pelo sobre su cabeza. Tenía los ojos amarillos, y un mechón blanco en el pecho que contrastaba con su pelaje café. Tal vez lo más impresionante era su boca. Tenía el mentón salido hacia adelante, y no tenía dientes "Ese perro no muerda sino que deja chupado" decía su dueño.

Esa tarde nos reímos mucho con todas las ocurrencias del dueño de Satanacus, que resultó ser un tipo simpatiquísimo. No teníamos mucho material para el video, pero no importaba. La tarde valió la pena. Tiempo después quise editar y ver si teníamos alguna historia, pero los videos se perdieron, tal vez en alguna formateada del computador. 

Lo que quedó un archivo fotográfico del día, que coincidencialmente estuve mirando esta semana. Me acordé de ese día, de las ocurrencias de Cardy y de lo bueno que pasamos. Creo que hubiera sido algo que hubiera olvidado fácilmente, si no fuera por la noticia de ayer. 

Hace mucho rato no veía a Cárdenas, pero eso no le quita el cariño que le tenía ni lo buen amigo que lo consideraba. Con sólo verlo, uno se ponía feliz. Me queda el guayabo de no haber hecho efectivas las cervezas pendientes que tenía con él. Sólo queda tomármelas con los que todavía están, que quiero montones y que hace rato no veo.

Satanacus murió en el 2009, me gusta pensar que Cárdenas se está riendo de él en el otro mundo, mientras se acuerda de la vez que tratamos de hacer un documental sobre ese perro. 






No hay comentarios.: