viernes, 17 de octubre de 2008

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Hace un rato llegué del concierto de Calamaro. Y en realidad no sé como estoy. Es que fue algo raro, medio Medellín estaba allía andentro, metidos en ese "tarro de milo" que es la Macarena. No sé como estoy porque el concierto fue un sólo carrudel de emociones y sentimientos. No sé si para alguien promedio sigificó lo que para mí, la cosa es que yo soy bastante fan de Calamaro, y me parece que el conoce como nadie lo que siente, o puede llegar a sentir mis contemporáneos posmodernos.
Al principo, fue histeria colectiva. Yo tiendo a manterme en mis límites, y mis épocas de histeria las tuve años atrás, siendo un furibundo hincha del Nacional o mientras vivía mi adolescencia buscando causas e ideales. Con el tiempo me fui volviendo más crítico que fanático, el fútbol dejó de significar algo y los ideales y las causas me decepcionaron. por tal razón, causar histeria en mí no es fácil.
Pero cuando salió el Salmón me quise morir. Y conmigo toda la Macarena.
Gritando a lo que daben mis pulmones, y cantando más al ritmo de la gritería del público que lo que en realidad alcanzaba a escucharse, unas adolescentes de los 50's viendo a los Beatles, eran unas señoras concentradas cosiendo comparadas con nosotros allí. Luego de tocar "El Salmón", empalmó  con "Los Chicos" y con eso casi me acaba. Ese golpe lo esperaba pero no tan rápido. Todo el día, mientras estuve volteando por ahí,  no quise poner esa canción que habla de amigos en el más allá porque sigo llevando algunos duelos por ellos.  Y esas fueron las primeras 2 canciones, como de casi 20 que tocó ( o más, o menos, no las conté)
Es que hay algo con Calamaro. El "la tiene clara". En realidad no sé por qué, pero Calamaro es capaz de llegarme muy al fondo de los sentimientos, y ahce lo que es el ideal del artista, representa y hace sentir al espectador lo que este ya siente pero no es capaz de expresar. No entiendo como lo hace, y, la verdad, espero que no le haya tocado bajar a tantos infiernos como los que expresan todas sus canciones. 
"siempre seguí la misma dirección, la dificil al que usa el salmón"
"no salgo a buscarte porque sé que corro el riego de encontrarte"
"todo lo que termina, termina mal"
"A lo lejos se escucha venir, lo que el río no quiso contar"
"dejé la sangre en la arena"
"quiero ser el único que te muerda la boca"
"hay días sospechosamente light, hay un deseo que pido siempre que pasa un tren"
"y se movía pero tan bien, que fue mirarla y fue perder"
puedo seguir por siempre, pero acabo con una que me mata, maldita sea
"te sigo debiendo todavía una canción de amor"
Y es que el problema con Calamaro es que uno no sabe si odiarlo o amarlo. Malparido, quise agarrarlo a puños varias veces durante el concierto, pero muchas más darle un abrazo. Es que es dificl que pongan tu siuación en una canción, y que te identifques tanto. Y esta "exposición", y que te haga recordar tus sentimientos, o tus momentos de dolor te hace odiarlo. Pero momentos depues ves que es alguien como vos, y la moneda se voltea, hacía el lado de la empatía y del cariño.
Fue un espectáculo. Estando en una plaza de toros, en la mitad de una de sus canciones más dolorosas, "Crímenes Perfectos", se paró en la mtad de escenario y con una sábana blanca ( o lo que fuera esa tela) hizo un pase de torero. Este momento tuvo especial trascendencia para mí. Mi papá, a pesar de no ser de cultura taurina, toda la vida me ha hecho una analogía con las corridas y el amor. El dice que el amor es como una corrida de toros, a veces matas al toro y a veces el toro te cornea y te deja en el hospital durante meses. Finalmente llega un toro al cual indultás, y con ese toro te reminás casando. En cualquier caso, uno siempre termina en el ruedo otra vez, toros hay muchos, y toros vendrán. 
Habiendo sido corneado de gravedad hace meses (posiblemente por un mal pase de capa por mi parte), esto sólo ayudo más a revolver y revivir sentimientos que al final del concierto. Todo cortesía de esas canciones maravillosas dejaron mi corazón procesado, molido, aplastado, rearmado, pegado, moldeado, fusionado, lavado, secado al sol y al horno, intervenido, construido, demolido, construido de nuevo, zarandeado, mareado y aturdido. 
Calamaro se portó como esperábamos todos, y Medellín dió lo mejor de sí. Que energía, que emoción, que ganas de cantar..."CANTAR ES DISPARAR CONTRA EL OLVIDO"* . En el momento que cantó "Volver" y la juntó con "Flaca" creí que mi voz se había perdido totalmente, para mi sorpresa todavía tengo algo. Mañana puede ser algo diferente. La energía se podía respir entre comentarios del Andrelo sobre "las parceritas" y "las sierras antioqueñas"** y gritosco0nstantes del público. Toda una comunión musical y sentimental. Al final, Calamaro se arrodillo y alabó al público cual si fuera un ídolo pagano, y de haber habido espacio, como publico hubieramos hecho lo propio. De todas maneras los brazos de una tribuna entera se movieron así.
Que buena experiencia, con todo y golpe sentimental.
 "Hay días para quedarse a mirar". Hoy fue un día para más que eso.


*vivir sin tí, es dormir en la estación
**casi me muero con esa frase.

3 comentarios:

Arias dijo...

il concierto del año!!!

aunque yo no llore, eso me sorprendio, jajaja.

S dijo...

yo tampoco, claro que creo que fue por puro deshidrate de tanto correr pa legar al concierto, saltar allá, sudar y beber ron

Claudia Arias dijo...

Ustedes transmiten tanta emoción, que me ha causado curiosidad este asunto de los calamaroadictos, pues cada vez encuentro más; no es que lo desconozca, pero no llego a conocerlo en esa profundidad loca que los llena a ustedes de emoción. Es bueno ver tanta pasión.