lunes, 6 de febrero de 2012

(Des)Informando sobre el cambio climático

Este post lo publiqué originalmente en La Ciudad Verde

A veces me gusta imaginar que cara harían los científicos de la modernidad sobre el impacto de sus invenciones. Por eso se me haría graciosísimo ver la cara que haría alguien como Josep Fourier al llegar a este momento histórico. A Fourier le podemos agradecer su trabajo en series numéricas, base para la teoría de transmisión de señales y fundamental para los medios masivos de comunicación y el desarrollo de las computadoras. Además, fue el primer científico que describió el efecto invernadero; hoy, el tema de moda.

La preocupación actual por el cambio climático viene de una discusión ambiental que empezó en la segunda mitad del siglo pasado, coincidiendo con un boom científico sin precedentes después de la segunda guerra mundial. Estos cambios trajeron consigo una nueva conciencia ambiental, que se preocupaba por cosas como lo finito de los recursos, la lluvia ácida, las especies en vía de extinción y el agujero de la capa de ozono.  Los medios de comunicación han estado con éstos desde años, creando conciencia y preocupación, desde la divulgación científica hasta el Capitán Planeta (Adelante Planeta!!)

(http://static.betazeta.com/www.veoverde.com/wp-content/uploads/2011/07/el-capitan-planeta-nosologeeks.jpg)

El último eslabón en esta cadena es el cambio climático. Es un tema que empezó como algo netamente científico, pero que para la gente es un tema de conversación diaria, para los medios de comunicación una fábrica de titulares, para las empresas un tema inmejorable de marketing, y para los políticos, una bandera para ganar electores. Sin embargo hay una particularidad y es que el cambio climático es un tema tremendamente complicado y complejo, sobre el cual hay muchas interrogantes abiertas.

Al ser el tema de moda, el ciudadano común habla sobre el cambio climático y el calentamiento global con propiedad, replicando lo que lee oye en los medios, tomando datos puntuales y hechos inconexos como verdades reveladas. Las personas se convirtieron en pluviógrafos y termómetros andantes, que no caen en cuenta de su memoria selectiva. Si llueve fuerte, se olvidan que estamos en una de las épocas de invierno, y dicen que el clima está muy raro. Si hace mucho calor, es por culpa del cambio climático y dicen que hace años el clima era distinto.

Hay muchos fenómenos que la gente ve, y que son causados por variables locales que no son responsabilidad del cambio climático. Hay otros que sí son responsabilidad del cambio climático pero que la gente no ve. Pero en el fondo, todo lo que pasa debe ser mirado con lupa y con detenimiento, porque el cambio climático no es cuestión de creer o no, de opiniones ni puntos de vista. Es puramente una cuestión de ciencia; algo que la gente tiende a olvidar.

El principal problema no son las conversaciones de calle, sino la difusión actual que existe en los medios de comunicación, que los ciudadanos consideran una fuente de información confiable. Aunque en la internet se puede encontrar información correcta y opiniones de expertos, en los medios tradicionales (como la prensa de gran difusión) la desinformación está a la orden del día, por falta de periodistas expertos, o por el afán de buscar noticias. En periódicos muy respetables de Colombia he llegado a leer cosas como:

La tragedia de Armero fue tal vez la primera gran tragedia del Calentamiento Global en Colombia.

Armero fue causado por tectónica de placas y volcanismo, algo en lo que el calentamiento de la atmósfera no tiene influencia. Es más, el calentamiento global puede haber ayudado a mitigar la tragedia ya que había menos hielo en el glaciar para causar la avalancha de lodo. A veces proponen cosas que pueden sonar muy científicas:

Antes, un país que resistía una 'Niña' (régimen de lluvias) podía esperar año y medio o dos para tener el fenómeno de nuevo. Colombia ha soportado dos 'Niñas' entre agosto del 2010 y diciembre del 2011.

El ciudadano promedio que escucha eso, lo toma como una verdad. Alguien que sepa algo sobre climatología Colombiana o tropical, sabe que eso es algo muy incorrecto. Hubo años seguidos de Niña del 54 al 57, del 73 al 76, y para no ir más lejos, del 98 al 2001. Ahí hay una figura, lo rojo es tendencia a Niño y lo azul a Niña.


En este momento la gente, en términos generales, está preocupada; quiere cuidar al planeta. Pero eso no se puede hacer con entendimientos a medias sobre los fenómenos climáticos que ocurren, ni desconociendo las causas y consecuencias de las acciones humanas. Si se hace a la ligera se puede tener un efecto contraproducente al deseado. Hay muchos ejemplos claros donde algo que puede sonar “verde” puede traer un resultado nefasto en términos ambientales. Hace unos años, un candidato a la alcaldía de Medellín quería sembrar un millón de hectáreas de plantas para sembrar biodiesel, porque era mejor que el petróleo. Pero no decía que eso implicaría destruir bosques, afectando el ciclo hidrológico local y los suelos, y destruyendo un sumidero de carbono.

La preocupación de la población sobre del tema ha llegado al punto de que se es posible hacer algo tan paradójico como vender un automóvil (el ícono y la mejor representación del modelo de sociedad que tiene al clima contra las cuerdas) usando la bandera del cambio climático. Este comercial trae osito polar y ‘todos los fierros’. Hasta a mí me dieron ganas de comprar ese carro:


La importancia de entender los fenómenos climáticos no radica solamente en evaluar iniciativas nuevas, sino en emprender acciones correctivas. El ejemplo más latente puede ser la temporada invernal pasada; todos gritaban que era acción del cambio climático. Es verdad que hubo un aumento en las precipitaciones por el fenómeno de la Niña, pero no hay un estudio concluyente que vincule la intensidad del ENSO (nombre técnico del Fenómeno del Niño) con el aumento de las emisiones de CO2. Pero también es verdad que las grandes áreas deforestadas, reducen la infiltración en los suelos y hacen que los caudales de las crecientes aumenten. Un estudio de la Universidad EAFIT dice que la acción humana en las cuencas colombianas puede ser responsable de aumentos de hasta 30% en los caudales máximos.

http://www.semana.com/photos/1493/ImgArticulo_T1_81432_201127_093225.jpg

A pesar de todo, esa popularización del tema es algo tremendamente positivo. Si los medios hacen su tarea de forma responsable, los efectos en la sociedad van a ser positivos, aprovechando la voluntad humana de mejorar su entorno, cuidar sus recursos y aumentar su riqueza. Pero para mejorarlo, hay que entender, y para entender, inevitablemente hay que estudiar.

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