jueves, 6 de octubre de 2011

Aranda Style

Lo que en su momento surgió como un ejercicio de escritura que hice con @tatilujanr, hoy quiero convertirlo en un homenaje a @Robertoenemigo, porque últimamente ando pegado de su blog BLINK

Tengo que girar y extender mi mano para prender el ventilador. Es la opción a abrir la ventana, y dejar a unos cuantos bichos entrar a la relativa frescura de este cuarto . El cursor titila mientras las teclas se convierten en ideas, que no me preocupo mucho por elaborar.
Mauricio entra y me saluda. A pesar de ser un viejo amigo de mi papá y de que esté en la  oficina de al lado, rara vez hablamos más allá de un saludo cordial, o una pregunta por un dato puntual. Tiene una barba blanca, y camina ansioso como un adolescente. Me gustaría sentarme un su oficina, preguntarle la historias que mi papá olvidó de sus épocas universitarias o la historia de su amor con esa profesora, que, aunque tiene su oficina en el mismo corredor, no lo mira a los ojos y siempre pasa de largo.
Llegan mis compañeros y me bajan de mis pensamientos. No vale la pena resistirse en esos momentos. El ritual fue establecido hace tiempo. 
Una gelatina en las escaleras de la tienda, mientras vemos los buses afanados de la media tarde.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Carta Abierta a los candidatos a la Alcaldía de Medellín sobre Movilidad y Buses

Estimado Candidato,

Quiero empezar por felicitarlo por su trayectoria política y por desearle la mejor de las suertes en las próximas elecciones para la Alcaldía de Medellín. Le escribo con respecto a esta próxima elección, ya que quisiera hacerle una serie de propuestas en el tema de movilidad de la ciudad, que creo que podrían ser interesantes para proponer durante campaña y eventualmente desarrollar durante su alcaldía con un impacto muy positivo.

Tengo formación de Ingeniero Civil y,aunque mi fuertes son la hidráulica y la energía, siempre me han interesado mucho los temas de transporte urbano y he tenido la oportunidad de viajar por muchas ciudades con iniciativas interesantes. Mirando estas experiencias y aplicando un poco el sentido común, creo que se puede mejorar la movilidad substancialmente con una serie de propuestas.

En los últimos años, Medellín ha tenido innovación importante en temas de transporte, como lo son los metrocables, los proyectos de tranvía, la expansión del metro y las bicicletas públicas. Sin embargo, la movilidad sigue siendo un problema gigantesco que tiene a la ciudad a punto de colapsar.

Esto se debe principalmente a que la causa principal de los problemas en movilidad no se afronta y es que para la mayoría de los ciudadanos el principal medio de transporte público son los buses y, a pesar de su importancia, no hay regulación, planeación ni control sobre ellos. Y por más innovaciones en transporte que se propongan o vías que se construyan, si no se hace una modificación fuerte al tema de los buses, la movilidad seguirá siendo un problema sin solución.


El Problema

El problema de los buses no es un problema del parque automotor. Principalmente es un problema de rutas y de diseño. En términos prácticos, para llegar de un sitio a otro de la ciudad es necesario coger dos buses, porque las rutas no están diseñadas para atravesar la ciudad, sino para ir “del barrio al centro y del centro al barrio” y por eso o toca entrar al centro, o cambiar de ruta para cambiar de dirección. En Medellín hay más de 150 rutas de buses, pero no soy capaz de contar más de 5 que atraviesen la ciudad de un lado a otro. Además, para ir al centro, los buses usan rutas similares, pasando por las mismas calles principales.

Esto acarrea dos situaciones. La primera es para el ciudadano que se ve afectado porque se encarece el costo de su pasaje y aumenta sus tiempos de viaje al tener que usar 2 rutas, lo que desestimula tremendamente el uso del transporte público. En términos de urbanismo, se tiene un centro de la ciudad colapsado por la cantidad de buses, mayor contaminación ambiental, congestión de buses, conflictos en las vías, la guerra del centavo y demás males a los que estamos acostumbrados.

Además, de cuenta de la guerra del centavo, el servicio de los buses nunca es periódico, no hay control sobre las paradas del bus en determinados puntos (lo que afecta más el tráfico) y se aumenta la agresividad y la accidentalidad.

La solución

A mi parecer, es cuestión de organización. Uno de mis profesores en la Univesidad, en una clase que exploraba las relaciones entre la sociedad y el uso de la energía, decía que había varios enfoques para solucionar los problemas de abastecimiento de recursos de una determinada sociedad. Si una sociedad puede considerarse un sistema dinámico de entradas y salidas, en una forma muy simple él hablaba de hardware y software social. En una ciudad, por ejemplo, hardware son obras públicas y software son políticas municipales. Hardware es cambiar el paisaje, software educar a la sociedad. Un problema se puede solucionar con una de estas cosas, o con ambas.
Medellín es una ciudad con calles amplias y muchas vías, que además cuenta con un metro eficiente, con metrocables y próximamente con tranvías metroplus, bicicletas y nuevas vías. El Hardware existe. El problema de Medellín y movilidad es de software y eso está en las manos de los gobernantes.

Y el software de Medellín necesita cambiar de sistema operativo. El sistema actual de buses debe ser modificado completamente para que se convierta en el sistema de transportes que una metrópolis como Medellín necesita y merece. Y para ellos necesita una restructuración TOTAL del sistema de buses.

Para empezar, se necesita un sistema verdaderamente integrado de transporte público, donde se integren operacional y tarifariamente todas las rutas bajo la dirección de la secretaría de tránsito del municipio o de una entidad como el AMVA. Es importantísimo que todas las rutas de buses y la operación de las mismas sean controladas completamente por las autoridades, para evitar el desorden y la informalidad. Un ejemplo puede ser lo que se trató de hacer en Bogotá, donde los transportadores entraron a ser contratistas concesionados, pero bajo las directivas de la Alcaldía Mayor.

Esto va a permitir reorganizar las rutas de acuerdo a la demanda de transporte de los ciudadanos y a la eficiencia general del sistema, en vez de hacerlo de acuerdo a la optimización de ingresos para un transportador individual. Al controlar todos los buses, se pueden establecer paraderos para cada una de las rutas, establecer frecuencias definidas y modificar las rutas de acuerdo a las necesidades reales de la población.

Controlar todos los buses terminará con la informalidad en la contratación de los conductores, dándoles acceso a sueldos fijos y prestaciones sociales. Al no tener que pelear por conseguir más pasajeros, un conductor ganará más y será premiado en la medida que pare en los sitios donde debe parar y que cometa menos infracciones de tránsito.

El Metro de Medellín es una de las empresas con mayor aceptación entre los antioqueños y es la candidata indicada para ser el eje de la integración. La tarjeta cívica debe convertirse en un pasaporte de transporte completo, donde un ciudadano con una misma tarjeta Cívica pueda cambiar de bus si lo necesita o pasar del metro al bus en un mismo pasaje. Se podrán unificar las tarifas y hacer ejercicio de integración real. Esto tendría un impacto gigantesco sobre la calidad de vida del pasajero en términos financieros y de tiempos de viaje, e incentivaría el uso del transporte público de una forma tremenda. Esto sería un catalizador para futuros proyectos de mejora al trasporte, ya que con más usuarios habrá más justificación de ampliar el transporte público, y a la larga modernizaría a Medellín. Y por qué no, si funciona lo suficientemente bien se podría desmontar la política del pico y placa.

Una vez con el sistema montado, lo que sigue es empezar a soñar. Ruta N puede llevar la batuta en desarrollo de tecnologías asociadas para mejorar el transporte. Por ejemplo ubicación por GPS y sistemas de información en tiempo real, mapas interactivos para dispositivos móviles, sistemas de publicidad en los buses, mejoras mecánicas u operativas, en realidad el cielo es el límite. Aparte de mejorar los servicios locales, estos desarrollos pueden ser vendidos a otros municipios, favoreciendo la creación de empresa y la innovación en Medellín.

Adicional a los claros beneficios para el ciudadano, donde va a tener un transporte público más eficiente, y para el turista, que se va a encontrar con una ciudad más amable, va a haber un impacto en seguridad. Una de las fuentes de financiación de los grupos armados en las comunas es el extorsión a las empresas de transporte. Si se logra consolidar un sistema en el cual los ciudadanos no paguen en efectivo sino con la cívica, la cantidad de dinero que habrá en los buses va a ser mínima, por lo tanto la extorsión al bus individual no va a ser atractiva. Al mismo tiempo, si todo se consolida en el metro, la extorsión va a ser más difícil porque habrá que extorsionar a una empresa del tamaño del metro, un ataque ya no se haría contra un empresario individual, sino contra la representación del Municipio. Con tales implicaciones, es difícil que las bandas se atrevan a seguir con su negocio extorsivo al transporte, ya que estarían expuestos a una acción de fuerza importante por parte del Estado.

Implementación

Todo esto suena muy bien, pero políticamente es muy complejo de implementar. El gremio del transporte es muy reticente a cualquier cambio, incluso si ese cambio los beneficia. Sin embargo, un líder de la importancia del Alcalde de Medellín puede llevarlo a cabo si cuenta con el apoyo de la ciudadanía.
Por esta razón, al asumir la oficina lo primero que se debe empezar a hacer es una campaña de socialización de gran escala, donde se le expliquen al ciudadano los beneficios y la necesidad imperante de tener un sistema de transporte. El apoyo de la ciudadanía claro y manifiesto es básico para la implementación del sistema y para el tira y afloje que seguramente vendrá en la negociación con los transportadores.

En cuanto a los trasportadores, hay que ofrecer un acuerdo justo que no los vulnere económicamente. Los detalles de esto se pueden mirar más adelante, pero también hay que educar a los transportadores en que a la medida que el transporte público mejora, habrá mejores ingresos para ellos ya que se estimulará en mayor medida su uso. Además, se puede negociar con contratos estables y fijos, beneficiosos para la empresas. Todo lo que se negocie y se ofrezca debe que llegar a los oídos de la ciudadanía.

Es casi seguro que sin importar las condiciones que se les propongan, los transportadores no las van a aceptar y seguramente convocarán a un paro de transportes en la ciudad, tal como se ha hecho anteriormente. Pero sabiendo lo que va a pasar, es muy posible anticiparse para neutralizar el paro y ganar el pulso. Convocar a marchas o a un boicot económico no-violento por parte del ciudadano al transporte público, ofrecer viajes gratuitos en metro y en las rutas y abolir el pico y placa durante los días del paro, pueden ser algunas de las estrategias apropiadas para contrarrestar un eventual paro.

Reflexión Final

La movilidad en Medellín es uno de los ejes actuales de la campaña. Y poder solucionarla implicaría resolver uno de los problemas históricos que ha tenido Medellín, y que se puede replicar en el resto de Colombia y de América Latina. Espero que analice estas propuestas y que si está de acuerdo con ellas, las incluya en su plan de gobierno y las vuelva un tema de discusión en campaña. Me despido deseándole la mayor de las suertes en su recorrido hacia la alcaldía
Respetuosamente,



Santiago Ortega Arango




*Foto tomada de http://mikesbogotablog.blogspot.com/2011/07/bogotas-dilemma-subway-or-more-bus.html

jueves, 30 de junio de 2011

Definiciones

Creo que nadie ha sabido nunca donde está en realidad parado, pero desde que Sartre nos cagó la vida a todos cuando se puso a joder con el existencialismo, autodefinirse se ha vuelto uno de esos problemas clásicos de nuestra era.

Empieza en la adolescencia, cuando apenas se empieza a abrir el abanico de la vida. Y a algunos (como a mí, no se si a todos) sigue durante tiempo indefinido. Tambien la época en la que vivimos no ayuda: mi generación es una toda nueva raza de postadolescentes (o preadultos) globalizados, sometidos continuamente a una cantidad inmesurable de estímulos culturales, a la que le presentan s millones de opciones y estilos de vida, todo por medio un internet, a falta de una palabra más precisa, infinito. Somos hijos de la imaginación de Borges ¿Que oportunidad tenemos nosotros si el aleph lo cargamos en el bolsillo? ¿Y si la biblioteca está a un login y un password de distancia?

Naturalmente, al ser hijo de mi época, el problema de la autodefinición ha venido varias veces, y su forma favorita de revolver mi cabeza es con el tema laboral y profesional. Preguntas como dónde estoy, para dónde voy, qué hago o dejo de hacer, y las más díficl de todas, "¿Qué carajos quiero hacer con mi vida?" se relacionan directamente a como me veo a mí mismo. A la imagen mental que a lo largo de los años he construído. ¿Es real? ¿Es ficticia? ¿Hasta qué punto, mi profesión me define?

Durante algún tiempo, y con unas crisis profesionales atravesadas, he encontrado formas de responder parcialmente a esto. Al mirar mucho el aleph se ganaba información, pero se perdía perspectiva. Me demoré mucho rato y me costó mucho llegar a esto, pero estoy terminando por poner las profesiones en el lugar que creo que les corresponde: como ocupaciones. El proceso va andando y no está listo, pero si no ví esto antes por que ante la falta de perspectiva, no era capaz de ver lo que ahora considero importante.

Hace unos días, me llegó una dosis de perspectiva en un escrito genial. Mi hermanita de 7 años, en una tarea del colegio, escribió un cuento al que le tuvo que hacer una autobiografía. Era una sola página, y que me hubiera dedicado unos cuantos renglones significó el mundo para mí. Y al hacerlo, sin saberlo, me definió de la mejor forma que alguien lo ha hecho en la vida:

A Santiago le gusta: leer, ir a cine, rubear, estudiar, haser amigos y jugar pelota.

Ahí esta mi definición. Sin tener que ver con mi profesión sino con lo que soy. Y lo que soy es obsesivo por la lectura y el cine, un hiper-nerd, y al mismo tiempo un bicho extremadamente sociable.

Ese soy. Simple, básico y real. Pa dejar de mariquear con complejidades, y gastar neurona y tiempo en otras cosas que si valen la pena. Como jugar pelota con mi hermanita preciosa




PD: Ya que estamos en el tema, mi novia y mi hermano dicen que soy igual a al perro de UP. Y jodaaa, hasta me parezco físicamente al chandoso ese

jueves, 31 de marzo de 2011

Pesos Oro


Lo que muy poca gente dimensiona o entiende es que el oro es una chimba de elemento. Y no es porque se ve bonito, o por lo que vale o representa. Es porque en realidad es un elemento muy raro, con unas propiedades muy locas. Para empezar, el oro porque no se oxida, entonces ese brillo amarillo que lo distingue de los otros metales es perenne. Es el metal más dúctil y maleable de todos, al punto que se puede hacer papel oro (así, igualito al papel alumnio), y es un elemento sorprendentemente denso, pesa 19 veces más que el agua. Una roca común, para que se hagan un idea, pesa por mucho 4 veces más que su volumen en agua. Además, es uno de los mejores conductores de la naturaleza.

Si eso no lo impresiona, no se preocupe, más bien agradezca que no es tan nerd como yo. Pero a partir de allí se puede explicar la fascinación y la obsesión que ha sentido la gente a lo largo de la historia por este metal. Porque, dentro de todo, el oro no es un elemento muy escaso (O por lo menos no tan escaso como el uranio, los diamentes, el platino y otras rarezas). Hay oro en todas partes del mundo, y para todas las culturas es importante. No faltaron quienes de cuenta de su densidad y su incapacidad al óxido lo trataron de metal divino. Por eso, no quiero ni tratar de cuantificar su importancia*. Desde los artesanos hasta los científicos, todos tienen que ver con ese metal, y todos lo han usado para una u otra cosa.

El oro tiene la capacidad de tocar el alma de los hombres. En mi opinión, una de las imagenes más sublimes de la literatura es cuando el Coronel Aureliano Buendía, cansado de guerras, política y traiciones, vuelve a Macondo a fabricar pescaditos de oro para la venta, como lo hacía en su juventud. Y cuando los veía revendidos en otros lugares, los compraba, los fundía y los fabricaba de nuevo, para volverlos a vender. Se me hace casi tan ceremonioso como el cacique dorado hundiéndose para siempre en Guatavita.

A pesar de todo esto, el oro es un metal maldito. Maldito cientos de veces a lo largo de la historia, es al mismo tiempo una metáfora de lo grandes y lo desgraciados que podemos ser como especie. Por el valor que tiene, el oro enloquece a la gente haciéndoles creer que vale más que el resto de cosas que hay alrededor, y las hace insignificantes. No hay nada más desastroso que creer que una sola cosa vale la pena.

Para ver esta maldición en vivo y en directo, no es sino ir a pueblo minero. De entrada, los pueblos mineros son horribles, no conozco el primero que me parezca bonito. La planeación urbana es nula, la vida cultural del pueblo no existe, y la cultura popular dice que son pueblo de "matones, borrachos y putas". Y lo que pasa es que la gente se olvida que tiene un pueblo porque están muy concentrados sabiendo que tienen oro. Lo triste es que si en su parte urbana estos pueblos son un desastre, en su parte rural lo que se siente es vergüenza de especie. Una mina de oro no es un inofensivo hueco en la tierra. Una mina de oro implica deforestación, remoción de tierra, modificación del paisaje, mercurio y veneno en el agua y otras perversiones de la dizque civilización moderna.
Hay casos horribles donde este daño es tan grande, tan irreparable y tan arraigado que se hace parte de la cultura de un pueblo, para la muestra, en Segovia Antioquia, hay una quebrada que se llama "La Cianurada". Cuando me dijeron esto sentí un vació en la boca del estómago... ¿A usted no le pasa?

Claro que ese es solamente un ejemplo. Viviendo en Colombia, uno sabe que las cosas llegan a tal extremo de lo absurdo, que ese no es el peor ejemplo de los crímenes ambientales y sociales del oro. "La cianurada" desemboca en el Río Bagre y está ubicada en una zona donde la minería de oro la hacen empresas grandes, con controles ambientales y gubernamentales, minería legal.

Si esto es lo legal, dejo a su imaginación las implicaciones minería ilegal. Pero les digo que incluye ríos en el Chocó** tan contaminados que toda la pesca murió y con solo bañarse en ellos la piel se irrita, minas en el Bajo Cauca explotadas por neo-paramilitares y que hacen que las concentraciones del mercurio en el agua sean las más grandes del mundo, y ríos de la región pacífica con las bancas destruidas completamente, llenos de dragas y retro-excavadoras, condimentadas con violencia y falta de ley que los convierten en hervideros sociales. Esos son los desastres conocidos, porque de alguna forma son historias que cubren los medios. Pero hasta hace 2 años, nada de esto se sabía, y aún así pasaba. ¿Quiere imaginarse lo que pasa en este momento y nadie sabe? Yo no.

A pesar de esto, seguimos en pleno auge minero. Y en vez de preocuparnos de la destrucción de las fuentes de agua, las enfermedades por metales pesados, el envenenamiento de las especies y la población, la deforestación o los problemas sociales asociados, en Colombia creemos que lo peor que nos puede pasar es la "Enfermedad Holandesa". Hay 2 compañías mineras gigantescas buscando licencias en las fuentes de agua potable del Tolima y de Santander, y hay quienes celebran la locomotora de la minería y la confianza inversionista. Y para colmo, estos proyectos están ubicados en zonas de páramo**.-Pero de los páramos no hablo. Si empiezo, no termino-. No soy capaz de describir lo que representan para mí. Más bien vayan a uno que tengan cerca, y piensen si eso vale menos que la cadena que tienen en el cuello, o la componente de un teléfono celular, o una reserva de oro de una nación cualquiera.

Se podría argumentar que como el oro es tan impresionante y sirve tanto a la sociedad que es necesario tener minas de oro. Igual, todos los computadores necesitan componentes de oro, y el mundo como lo conocemos no funcionaría sin él. Pero no es del todo así. Solamente un décima parte del oro se usa así. El 50% de la producción mundial se usa en joyería, lo cual no es estrictamente necesario para la supervivencia de los seres humanos, y el 40% es una quimera: oro en títulos, que si bien alguna vez sirvió para respaldar monedas, en este momento solamente vale porque la gente cree que vale. Y tristemente para el mundo vale más que la maldición que dejan las minas en todas partes. Ya hay tiene suficientes cadillacs de oro, lingotes en bóvedas de las que nunca va a salir, y puede usarse para mejores cosas que para especular y hacer que la bolsa de valores explote.

No compre oro, suena como a una guevonada pero trate de no hacerlo. Y dígale a sus amigos, familia y conocidos que no compren. Una golondrina no hace primavera, pero por lo menos es quitarse la complicidad del crimen de encima. Si no es capaz de no tener oro, tenga únicamente una cosa de oro en su casa, y trate que sea tan significativo por lo que representa, que en realidad valga. El mundo nos tiene acostumbrados a que el oro vale, y a no preguntarnos por qué. Esta es la raíz de nuestra maldición de pueblo macondiano.

Con su terrible sentido práctico, ella no podía entender el negocio coronel, que cambiaba los pescaditos por monedas de oro, y luego convertía las monedas de oro en pescaditos, y así sucesivamente, de modo que tenía que trabajar cada vez más a medida que más vendía, para satisfacer un círculo vicioso exasperante

Úrsula (así como todos nosotros) estaba atrapada en el juego. Pero es posible salir de ahí y quitarse la maldición, como lo hizo el Coronel. Él era capaz de amar al oro por lo que era en sí mismo, y por lo que hacía de él, en vez de hacerlo por el poder o la riqueza que ese metal representaba. El Coronel fue capaz de salir del embrujo perverso, y ver el valor del Oro. Probablemente sabía que valía mucho menos que el paisaje con piedras que parecían huevos de dinosaurios, por donde pasaba el río con pescaditos, esos sí reales, los cuales eran tan nuevos que no tenían nombre, y había que señalarlos con el dedo para referirse a ellos.



*De hecho traté y salío un párrafo horriblemente cursi que no soporté y borré
**Sobre RioQuito alguna vez escribí algo. Lo pueden leer aquí
***Para ver algo realmente preocupante, lean este artículo de La Silla Vacía sobre la minería en areas de páramo, Hay unos mapas que hielan el corazón
****Más fotos de minería en el Dagua aquí

lunes, 7 de febrero de 2011

Escribir

Marica... es difícil. O por lo menos a mi se me hace así. No se si sea por la falta de rituales al hacerlo, por la quema continua de mis neuronas frente a un computador todo el día que hacen que desee liberarme de esos aparatos, o el hecho de que la inspiración no llega cuando quiero. Hoy es físico cansancio. De hecho las ideas dan vueltas en mi cabeza, y me da miedo  que se vayan si no las escribo. Quiero hablar de mangostas que destruyen locomotoras, y de supersticiones que me gusta mucho seguir, y de las que no tanto. Y podría escribir mucho mucho, pero tengo miedo de empezar y no terminar. Miedo de mi propia autocensura, miedo de no ser tan bueno como quiero serlo. Miedo de sonar cantaletoso, sermonioso, o lo que es peor de todo, pretencioso.

Es muy difícil buscar la autenticidad en la escritura. Y me siento algo ridículo preocupándome por eso con una producción escrita tan escueta como la mía. ¿De dónde saco la chispa que necesito? Parafraseando a Rodrigo D ¿Cómo me calmo yo?

Estos dos últimos post han estado raros, pero me han gustado. Como propósito de año nuevo (como los poco originales y trillados de mi haber como "estar cuajo", y hacer cine) que este año pretendo cumplir además de los habituales que si cumplo (pasear mucho, leer mucho, comer bueno y vivir bueno), está escribir. Pero que esta vez que sea en serio. Hay que quemar el cartucho. Así sea para después de mucho tiempo descubrir que escribir no me satisface, eso también sería una ganancia.

Pero hay mucho ego, mucho existencialismo, muchas dudas guevonas, y por qué no decirlo, mucho miedo, en mi viaje a la escritura. No se que me voy a encontrar, no se como voy a ser, lo pienso como un cambio de realidad, y me asustan mucho los cambios de realidad. Es como el mismo miedo que me da recién llegado a una ciudad nueva, donde el techo de la habitación puede ser muy alto (no se por que me asustan los edificios antiguos con techos muy altos) y no paro de preguntarme qué estoy haciendo en ese lugar, tan lejos de lo que conozco. Pero no me preocupa mucho una vez lo racionalizo porque, como diría mi papá, a los 2 días generalmente hay que sacarme con grúa.

Vamos a ver si esto pelecha. Para que tengan más escritos donde leerme.

martes, 1 de febrero de 2011

Volareeeeee Ooooo

Esto lo escribí hace unos días en un estado mental muy particular y no había tenido tiempo de montarlo. Pero ahí está.

A veces creo que las aerolíneas lo hacen de aposta. Yo no tengo ningún problema con un vuelo corto, pero cuando ya pasa de las 4 horas.... eso se empieza a volver inhumano. A veces me imagino a los ejectivos de las aerólineas. Seguro en las juntas directivas, mientras beben whisky y deciden si poner 3 o 4 más filas de sillas en el avión, miran videos de pobres almas atormentadas buscando una comodidad esquiva. Y rién. Porque seguramente olvidaron hace tiempo la época en que viajaban en "coach".

Siempre que me monto en un avión, me lo pregunto. ¿En realidas esas sillas son la forma más óptima de llevar gente más cómoda? ¿O incluso de llevar MAS gente? Y siempre viene a mi mente una escena El Quinto Elemento. En ese caótico mundo futurista de taxis voladoras y pelirrojas con poquita ropa, había un adelanto tecnológico que mejoraba supremamente la calidad del viaje. (Bueno, en realidad había 2)

Cuando van para el planeta play al concierto de la diva, despues de encontrarse con el negro amariconado (Supergreen!!!), Korben y Leloo Dallas (multipass!!!) se montán en una nave espacial, donde no hay sillas sino una especie de cabinas, donde la gente va acostada, y hay televisores, computadores y toda la función. Será que nadie ha propuesto un sistema parecido? Despues de pasar 7 horas sentado (ni siquiera, a partir de las 4 horas) ya empiezo a pensar en ello. Y odio un poco a los ejecutivos de las aerolíneas. (El segundo invento era un botón que lo dormía a uno todo el viaje, que solle!!)


Los diseños de los aviones de pasajeros no han cambiado desde hace más de 60 años. Es el mismo chorizo de metal con alas. Pero algunos investigadores han propuesto nuevos diseños, más parecido a un ala delta. Este diseño reduce el ruido, el consumo de combustible y las emsiones de CO2. El problema principal, es que en la mitad habría mucho espacio, y dicen que sería muy aburridor para el pasajero. Yo en medio de mis trasnocho y mi jetlag, les grito: CAMAS!!! Cubículos como en el que metieron a Korben Dallas. Y s ihay que hacer una ventana pa que la gente no se aburra, que la hagan en el piso y el techo del avión. Así cuando uno no quiera dormir más en el avión (ayy se imaginan esa delicia) pues sale del cubículo y mira pa abajo en rato. O mesas con parqués. El parqués es perfecto para jugar a nada mientras se espera algo.

Pero todo hay que decirlo, hay algo que se parece a mi utopia. Se llama Bussiness Class, y las sillas se convierten en camas. Eso es el cielo, pero es un cielo muy caro.

Y ya que nos vamos con metáforas teológicas, un vuelo horrible y eterno podría ser una buena opción para un infierno. Imagen volar un trayecto que no termina en un avión ruidoso, en donde no cabes en la silla, con un vecino obeso que ronca, y atrás un bebé llorando. Comiendo las más mas luca de las comidas de avión. Turbulecenia de esas que te despiera cuando por obra y gracia del espíritu santo te estás quedando dormido. Fila de 20 personas para el baño. Y azafatas más malaclases que las que me atendieron hoy.

Me despido desde la sala de espera de un aeropuerto muy bonito al otro lado del charco. Monto mi foto pa que me ponchen. Soy un despojo de ser humano. El vuelo estuvo bien, alcancé a dormir algo. Aunque le faltaba sal a la comida. Pero las azafatas de Iberia sí estaban remalaclases.